Cuando consideran por qué desean algo, por lo general su vibración cambia o gira hacia la dirección de su deseo. Cuando consideran cómo ocurrirá, o cuándo , o quién la atraerá, su vibración por lo general gira de regreso hacia el problema. Cuando la forma en que te sientes es controlada por una situación, nunca puedes influir un cambio en la condición; pero cuando eres capaz de controlar lo que sientes en medio de una condición, entonces tienes el poder de influenciar un cambio en la condición. Por ejemplo, cuando entras en la habitación de tu hijo y te haces consciente de que algo que no deseas acaba de ocurrir, si puedes detenerte por un momento y reconocer aquello que no deseas ha ocurrido¸ preguntándote qué es lo que deseas y luego reforzando ese lado de la ecuación del giro preguntándote por qué lo deseas, no solamente hará que te sientas mejor de inmediato, sino que además pronto comenzarás a ver los resultados de tu influencia positiva. Abraham-Hicks