Cuando tenemos problemas que rondan en nuestra cabeza y que vienen una y otra vez, la primera cosa que yo hago es pensar en primer lugar que los problemas no existen que tan solo hay soluciones, luego miro la obra de teatro desde una butaca, analizo que es lo peor que podría pasar al final de este acto, y acepto este final. Aceptar el final no quiere decir NO ACTUAR, aceptar el final es no obsesionarse con nuestra actuación, con nuestro EGO que tan solo es el papel que nos ha tocado en esta vida, o el resultado de una actuación incorrecta. Y sobre todo no tenemos que confundir nuestro YO real con cualquier drama, problema producido por nuestro EGO. El EGO desaparece en la tumba, el YO continua, es eterno.